No es nueva la docilidad de la Sra. Tanya Muller, secretaria del Medio Ambiente del DF, frente a las demandas depredadoras de su jefe en turno en el gobierno del DF. Como directora de Reforestación Urbana en el sexenio de Marcelo Ebrard demostró su disposición a talar tantos árboles como le fuera posible- la sierra más rápida del oeste, según los defensores de los árboles de la ciudad de México -, alegando todos los pretextos que utilizan los tecnócratas para talar los “individuos arbóreos”, como ellos los llaman y devastar así las áreas verdes y los bosques, como son: seguridad, plagas, estética, “obras de utilidad pública”, desarrollo, crecimiento económico y otras argucias; por varios años autorizó grandes talas en diversos sitios de la ciudad de México.
Desde luego, en seis años no fue capaz de hacer forestaciones o reforestaciones memorables, ni de frenar las podas destructivas clandestinas que cotidianamente realizan por las noches cuadrillas de trabajadores que despejan la vista de los grandes anuncios publicitarios de la ciudad sin que intervengan las fuerzas policíacas. En cambio, apoya el gran negocio que realizan arboricultores que venden árboles y palmeras al gobierno del DF en sustitución de los árboles que ordena talar la autoridad ambiental; sostiene las perversas normas de áreas verdes del DF que facilitan los negocios de arboricultores, biólogos, arquitectos paisajistas que intervienen en las áreas verdes de la ciudad. No es sorpresa que ahora acepte sin chistar las demandas depredadoras de Miguel Ángel Mancera, como la cancelación de la declaración de Área de Valor Ambiental de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca que tantos años costó lograrla a los ecologistas vecinales, o que abandone el cuidado y la defensa legislativa del Parque Reforma Social “por temor a otro amparo de la familia Cuevas Lascuraín” o las talas en el Bosque de Aragón, o el intento de talar 30 hs en el bosque El Cedral de Cuajimalpa, o la construcción de un edificio en el cauce del río Tecamachalco, o la tala de 82 árboles en Chapultepec para dar salida al Periférico a los usuarios de la “torre Chueca”( Pedregal 24), o la remodelación de Mazarik, del Parque México y muchos otros lugares; además, que acepte sin protestar las venales manifestaciones de impacto ambiental de los destructivos proyectos de vialidad, como el Segundo Piso en Xochimilco o la Autopista del Oriente, o de la secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Simón Neuman), como las torres, las ZODES, las ADES, las AGES; que acepte dócilmente las imposiciones del Dr. Mario Molina sobre el Hoy No Circula. El desempeño de la Sra. Muller confirma el fracaso del ambientalismo administrador del caos ambiental, carente de sensibilidad ecológica, basado únicamente en estudios universitarios, en labor de escritorio, incapaz de frenar la devastación de los acuíferos, los suelos, los bosques, los lagos, las lagunas, los humedales, los parques, la atmosfera realizada por los negocios del transporte, las comunicaciones, la construcción de edificaciones, la publicidad, el deporte, la salud, la educación, entre otras actividades económicas altamente contaminantes. Con su lamentable actuación en el gobierno del DF, la Sra. Muller demuestra que no ha entendido la gravedad de la situación ambiental de la ciudad de México, de la transición energética a hidrocarburos no convencionales y del desastre climático mundial que empezamos a padecer. Necesitamos una persona que esté a la altura de las circunstancias en la secretaría del Medio Ambiente del DF.
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