La maquinaria represiva sustituye a la información y el dialogo en la ciudad de México- El caso de San Bartolo Ameyalco
En semanas pasadas se suscita un gran choque entre vecinos del pueblo San Bartolo Ameyalco y miles de granaderos y policías del DF. Son bien conocidas las imágenes de estas escenas de violencia provocadas por el desprecio de las autoridades por los vecinos de los pueblos, los ejidos, las colonias.
Desde hace algunos años, el gobierno del DF autoriza proyectos de obra pública que constituyen un atentado contra el tejido social y la ecología: son proyectos que se dice benefician a la ciudad o a la zona, pero que en la realidad benefician principalmente a grandes intereses privados. La naturaleza perversa de estos proyectos obliga a los funcionarios a desinformar a la sociedad, a evadir el diálogo con la población afectada por las obras y a recurrir habitualmente a la maquinaria represiva del gobierno del DF. De esta forma se multiplican en la ciudad de México los hechos en los que 50 o 100 vecinos que protestan contra obras o decisiones de las autoridades se ven acorralados por miles de granaderos que los “encapsulan” y golpean. Así por la fuerza se han impuesto grandes obras depredadoras como la Línea 12 del Metro o la Supervía o los segundos pisos.
A esta situación se añade el hostigamiento judicial contra los luchadores sociales y la criminalización de la protesta: decenas de personas van a la cárcel por defender su barrio, su colonia, la ciudad. El gobierno del DF está muy lejos de representar a la población de la ciudad de México, como para decidir las grandes intervenciones en la urbanización: carece de legitimidad democrática: llega al poder por la compra de voto, por la manipulación mediática, por el engaño a los votantes: prometen lo que no pueden cumplir y ocultan los intereses económicos que los han llevado al poder.
NO A LA REPRESIÓN
NO AL HOSTIGAMIENTO JUDICIAL
NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA EN LA CIUDAD DE MÉXICO
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