jueves, 12 de junio de 2014

Pronunciamiento ¡No a la reforma energética! y ¡Salir del petróleo!

Pronunciamiento ¡No a la reforma energética! y ¡Salir del petróleo!

Cambia radicalmente el tipo de petróleo que se quiere extraer en México. El propósito principal de la reforma energética de Peña Nieto consiste en abrir la puerta a la extracción en gran escala de petróleo no convencional; es decir: entrar en la muy riesgosa extracción de petróleo en aguas profundas y  de gas y petróleo shale o de lutitas por medio de la tecnología del fracking.  Este cambio radical se debe al hecho de que se agota rápidamente en México y en el mundo el petróleo convencional extraído a bajo costo en tierra firme o en aguas someras (como el mítico Cantarell), como lo revelan las cotizaciones mundiales de petróleo que no bajan de 100 dólares el barril, a pesar de la gran caída de los últimos años en el crecimiento de la economía mundial. Entramos en la era del petróleo no convencional, un hidrocarburo que había permanecido por muchos años casi sin explotar, por el excesivo costo de su extracción, hoy reducido-por algunos años- por medio de muy peligrosas maniobras de la Casa Blanca y de Wall Street . Se hacen estas grandes manipulaciones políticas y financieras, para ocultar el excesivo costo social y ambiental  del petróleo no convencional. Sin embargo, EU ejerce intolerable presión sobre muchos países, incluyendo a México, para que se introduzca  la extracción en gran escala de petróleo no convencional (el de aguas profundas y  shale-fracking,), a pesar de los enormes riesgos que implica.

La temperatura en la superficie de la Tierra aumenta por la quema de gas, petróleo y carbón.  Las sequías, los incendios forestales, las tormentas, los huracanes, las grandes nevadas, tornados y granizadas y otros eventos climáticos aumentan en intensidad y frecuencia, por este extraordinario aumento de la temperatura. Indígenas, campesinos y científicos alertan al mundo sobre los desastres que produce ya el calentamiento de la Tierra, generado por la pasada era del petróleo convencional. La extracción en gran escala de petróleo no convencional y el ritmo actual en la quema de gas, petróleo y carbón, puede provocar la desaparición  en este siglo de la humanidad; quedan pocos años para evitar esta catástrofe. Los gobiernos poderosos, con EU a la cabeza, presionados por los banqueros, las grandes petroleras, gaseras, carboneras y otras transnacionales que desprecian a los pueblos del mundo y las bellezas de la naturaleza, pues no sólo se niegan a reducir radicalmente su consumo de gas, petróleo y carbón, sino que impulsan, además, la extracción del gas y petróleo shale extraído por medio del fracking- el tipo de gas y petróleo que más puede dañar al clima.  Por estas razones, lanzan políticas y programas de fantasía, para simular que realizan acciones eficaces frente al desastre climático: difunden falacias y engaños,  como la economía verde, el crecimiento verde, y hasta el desarrollo sustentable, y leyes y programas “para hacer frente al cambio climático” que en los hechos sólo sirven para conservar el consumo creciente de gas, petróleo y carbón. El gobierno mexicano actúa como comparsa de los gobiernos poderosos y adopta su propaganda, engaños y fantasías en estos asuntos.
El consumo de petróleo y combustibles fósiles desquicia así no sólo el clima, la ecología y la economía mundial, también trastorna a la persona y a la sociedad humana y sus valores: dispara la violencia en todas sus expresiones: intrafamiliar, escolar, laboral, deportiva, urbana, intercomunitaria, interestatal, internacional; promueve las desigualdades, la miseria y el hambre; fomenta la agresividad, el individualismo, la seducción manipuladora, el desprecio por la naturaleza y las culturas, las actitudes suicidas, el vandalismo, la corrupción. 

Por todo esto es necesario ya dejar el gas y el petróleo bajo tierra; es decir: lo más pronto posible ¡Salir del petróleo!  Por ello es necesario reducir la extracción de petróleo convencional  en 80%, en los próximos diez años, para recuperar la sobriedad política, el equilibrio social y la permanencia como especie. No obstante, hay varios obstáculos gigantescos para ¡Salir del petróleo! : es indispensable evitar las salidas falsas, como son la energía nuclear, los agrocombustibles (o biocombustibles, como el etanol) y las grandes eólicas, solares e hidroeléctricas, tecnologías que sólo contribuyen a reforzar la tendencia suicida de la modernidad. En lo inmediato, es urgente proscribir las operaciones de extracción de gas y petróleo no convencional o petróleo extremo, como lo son: el shale-fracking, el de aguas profundas, las arenas bituminosas y la extracción en el Ártico, el Amazonas y otros santuarios ecológicos. Rechazar, desde luego, la reforma energética de Peña Nieto que entraña un gran impulso a la violencia, el desastre climático, la corrupción, el autoritarismo, la pérdida de soberanía, la fatal devastación ecológica. Por otro lado, además irónicamente entraña una gran elevación de los riesgos económicos.

¡Salir del petróleo! implica un esfuerzo político de gran calado, de muchos años, para eliminar el terrible despilfarro de energía que existe en la agroindustria, el transporte, el bombeo de agua e hidrocarburos, la absurda urbanización, el comercio; implica la relocalización de la economía y la vida entera, la redistribución del trabajo y la riqueza, la reconceptualización de las ideas de abundancia y escasez, de riqueza y de pobreza. Implica la revalorización de los bienes comunes, la solidaridad, la colaboración, la equidad, la complementariedad, la reciprocidad. Implica descolonizar el imaginario social de las ideas dominantes de economía, crecimiento, progreso, desarrollo, estatus: eliminar el consumismo, el trabajo servil, enajenante, el dominio que tienen los tecnócratas y los banqueros sobre la vida en la Tierra.   

¡NO A LA REFORMA ENERGÉTICA!  

 ¡SALIR DEL PETRÓLEO!          

¡NO A LA ENERGÍA NUCLEAR!

¡NO A LAS GRANDES EÓLICAS, SOLARES E HIDROELECTRICAS!


¡REESTRUCTURACIÓN DE LA INDUSTRIA Y LOS SERVICIOS!

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